A veces el final no llega por falta de ganas. Llega tarde por trabajo, por cuidados, por el cansancio acumulado de rendir una materia una y otra vez. También llega tarde por algo menos visible: la soledad académica que aparece cuando una persona vuelve a la facultad y ya no quedan caras conocidas.

La Universidad Nacional de Tucumán puso nombre a ese problema y lo convirtió en política. "Potencia tu Graduación" es un programa que busca acompañar a estudiantes que adeudan hasta dos materias y siguen reinscribiéndose durante años sin lograr finalizar sus estudios. No apunta al ingreso ni a la permanencia inicial, sino a ese tramo final donde muchas trayectorias quedan trabadas.

Para Alejandra Díaz Tereschuk, reciente graduada en Psicología, ese acompañamiento llegó en el momento justo.

Volver como un homenaje

Alejandra dejó la carrera durante 17 años. El trabajo, las responsabilidades y el paso del tiempo la alejaron de la facultad, aunque nunca del deseo de recibirse. En 2020, la muerte de su mamá marcó un antes y un después. 

Volver a estudiar fue, también, una forma de atravesar ese duelo. “Mi mamá quería mucho verme recibida. Volver fue una manera de cumplir eso que ella deseaba”, dice. En 2021 retomó la carrera, primero en modalidad virtual, con miedo y dudas, probando de a poco.

El regreso no fue sencillo. Las rutinas ya no estaban, los vínculos se habían perdido y el plan de estudios estaba por vencer. “Sentía que si no era ahora, no iba a ser nunca”, cuenta. La presión por terminar crecía, al mismo tiempo que el miedo a no poder hacerlo.

El mensaje que cambió el clima

En ese momento apareció Potencia tu Graduación. El contacto llegó cuando Alejandra atravesaba una de las instancias más difíciles del cierre. La propuesta fue concreta: un espacio de acompañamiento previo a rendir, virtual y grupal, junto a otras estudiantes que estaban en la misma situación.

ACOMPAÑAMIENTO UNIVERSITARIO. Alejandra junto al equipo del programa universitario. / GENTILEZA DE ALEJANDRA DÍAZ TERESCHUK

“No era estudiar contenidos. Era bajar la ansiedad, ordenar la cabeza y sentir que no estaba sola”, explica. El encuentro se dio horas antes del último examen. Hubo llanto, nervios compartidos y palabras que ayudaron a poner en pausa el miedo.

“Fue una contención espectacular. Yo sentí que la universidad aparecía para cuidarnos”, dice Alejandra. Ese acompañamiento, aunque breve en el tiempo, fue decisivo. El 28 de agosto rindió, aprobó y se recibió.

El derecho a graduarse como política universitaria

Desde la Secretaría Académica, el programa se piensa como una respuesta a una problemática estructural del sistema universitario. Melina Lazarte Bader, subsecretaria académica de la Universidad Nacional de Tucumán, explicó que la preocupación por las trayectorias extendidas no es nueva, pero se volvió más visible en los últimos años.

“Así como hay un derecho a ingresar a la universidad pública, también tiene que haber condiciones reales para poder graduarse”, señaló. En ese sentido, Potencia tu Graduación articula talleres para estudiantes, espacios de orientación para organizar el estudio y un trabajo cercano con equipos docentes.

La experiencia mostró que acompañar trayectorias muy extensas en poco tiempo era difícil. Por eso, la edición actual se focaliza en quienes adeudan hasta dos materias, con el objetivo de hacer posible un cierre efectivo en el transcurso de un año.

Acompañar sin bajar la exigencia

Uno de los ejes centrales del programa es desarmar la idea de que acompañar implica “regalar” el título. Desde la gestión académica insisten en que el título se obtiene con los mismos criterios de calidad para todos.

Lo que cambia no es la exigencia, sino el modo de llegar. La escucha, el reconocimiento de las condiciones de vida y el trabajo sobre la ansiedad frente a la evaluación hacen la diferencia. “Hay estudiantes adultos que sienten vergüenza de volver a rendir. Eso también hay que trabajarlo”, explicaron desde el equipo.

META ALCANZADA. Alejandra Díaz Tereschuk celebró su recibida tras completar el tramo final de su carrera / GENTILEZA DE ALEJANDRA DÍAZ TERESCHUK

Alejandra lo vivió en primera persona. “Ese poquito de tiempo fue un montón para mí”, dice. Hoy ejerce su profesión y reconoce que, sin ese impulso final, el cierre habría sido mucho más difícil.

Que el final no sea un privilegio

El programa Potencia tu Graduación no promete soluciones mágicas. Propone algo más simple y más profundo: que nadie llegue solo al final de la carrera.

Para Alejandra, el título no fue solo un logro académico. Fue una reparación personal, un cierre esperado y una promesa cumplida.